04-07-2025

Con el método Robinson te olvidas de la lectura pasiva y le das alas a tu memoria con un sistema súper efectivo que mejora la compresión y retención de la información.

En este artículo descubrirás los cinco pasos clave del método Robinson, verás ejemplos prácticos para cualquier materia y conocerás todos sus beneficios para convertir cada sesión de estudio en un camino seguro al éxito académico. ¡Vamos allá!

Pasos del método Robinson

Los pasos del método Robinson son la espina dorsal de esta técnica y te aseguro que, si los sigues al pie de la letra, vas a notar la diferencia. El Método Robinson se conocen también por su acrónimo en inglés SQ3R, pero aquí te los cuento de forma muy sencilla:

1. Explorar (Survey)

Haz un barrido rápido del tema: lee títulos, subtítulos, imágenes y resúmenes. Este primer vistazo te da una visión global de qué va el asunto y te prepara para lo que viene. Es el primer paso del método Robinson, así que… ¡tómate tu tiempo!

2. Preguntar (Question)

Transforma títulos y subtítulos en preguntas. ¿Por qué ocurrió esto? ¿Cómo funciona aquello? Formular preguntas te engancha y convierte tu estudio en una investigación. Es una de las claves principales del método Robinson.

3. Leer (Read)

Ahora sí, métete de lleno en el texto buscando las respuestas a tus preguntas. Esta lectura activa es uno de los pasos del método Robinson que más potencia tu comprensión.

4. Recitar (Recite)

Habla en voz alta lo que has entendido: explica el concepto con tus propias palabras. Este paso fortalece la memoria porque fuerza a tu cerebro a procesar la información de verdad.

5. Repasar (Review)

Vuelve al texto para revisar los apuntes y lo subrayado. Un repaso rápido cada cierto tiempo fija la información en tu memoria a largo plazo. Este es el último de los pasos del método Robinson pero igual de importante que el primero.

Ejemplo práctico del método

Imagina que tienes que aprender la estructura de la célula en biología. Te voy a mostrar con un ejemplo cómo, siguiendo los pasos del método Robinson, tu estudio se vuelve mucho más dinámico y efectivo.

  • Explorar

Antes de meterte en el texto, ojea el temario con un vistazo rápido. Fíjate en el título “Estructura de la célula”, en los subtítulos (“Membrana plasmática”, “Núcleo”, “Orgánulos”) y en cualquier esquema o imagen.

Este primer paso del método Robinson para estudiar te da la foto general y prepara tu mente para lo que viene.

  • Preguntar

Transforma cada subtítulo en una pregunta sencilla. Por ejemplo:

  • ¿Qué función tiene la membrana plasmática?
  • ¿Para qué sirve el núcleo?
  • ¿Cómo trabajan los ribosomas?

Anota esas preguntas en tu cuaderno. Así, desde el segundo paso de este método Robinson, tu lectura deja de ser pasiva y se convierte en una búsqueda activa.

  • Leer

Ahora sí, acompaña el texto con tus preguntas en mente. Lee buscando respuestas concretas y subraya las palabras clave. Esta lectura activa es uno de los pasos más potentes: te ayuda a concentrarte solo en lo importante.

  • Recitar

Cierra el libro y explica en voz alta lo que has entendido. Por ejemplo:

“La membrana plasmática es una barrera semipermeable que regula la entrada y salida de sustancias…”

Puedes grabarte con el móvil o contárselo a un compañero. Este paso del método Robinson fortalece la memoria porque obliga a tu cerebro a procesar la información.

  • Repasar

Al día siguiente, y de forma espaciada en los días sucesivos, vuelve a tus apuntes y a las preguntas. Intenta responder sin mirar el libro y revisa los esquemas. De esta forma se fija todo lo que has aprendido y evita olvidos de última hora.

Beneficios para el estudio

Ahora que ya sabes como usar el método Robinson, vamos hablar de los beneficios que este método traerá a tus estudios.

  • Mejora la comprensión

Gracias a los pasos del método Robinson, tu cerebro no lee a lo loco, sino que va a tiro fijo: exploras preguntas, lees, recitas y repasas. Formular preguntas y buscar respuestas te ayuda a entender de verdad lo que estás leyendo, no a memorizar por inercia.

  • Acelera la retención

Con el repaso espaciado, la información se queda en tu memoria a largo plazo. Olvídate de estudiar toda la noche y olvidar al día siguiente: este sistema refuerza cada concepto en el momento justo.

  • Organiza tu tiempo

Al seguir el método Robinson, tus sesiones de estudio pasan de ser caóticas a tener un propósito claro. Cada paso del método es un mini-objetivo: primero echas un vistazo, luego investigas con preguntas… así cada rato que dedicas al estudio está bien aprovechado.

  • Reduce el estrés

Tener un plan claro evita el agobio de “no sé ni por dónde empezar”. El método Robinson te da una ruta paso a paso, así que tu estudio deja de ser un salto al vacío y pasa a ser un paseo bien estructurado.

  • Se adapta a cualquier materia

Este método es universal y lo puedes aplicar en historia, química, lengua o en la receta del guacamole.

El método Robinson es una de las muchas técnicas de estudio que te pueden ayudar a organizarte y mejorar. Al final del día, no se trata solo de seguir unos pasos, sino de adoptar una forma de aprender en la que tú eres el protagonista: exploras con curiosidad, preguntas como un detective, lees con foco, recitas con confianza y repasas con intención.

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