20-02-2019

¿Eres estudiante y crees que necesitas mejorar tu capacidad de memorización? ¿Siempre se te ha dado fatal memorizar? ¿No has ganado ni una sola partida del Quién es Quién porque eres incapaz de recordar en qué lugar está cada personaje? En este artículo vas a encontrar algunas de las mejores técnicas de memorización que te permitirán memorizar más datos y más rápido.

Tanto si estás estudiando Bachillerato, una carrera en la universidad, un grado superior de FP o estás preparando oposiciones, siempre llegará el momento en que tengas que memorizar ciertas partes del temario. Así que si eres estudiante, presta mucha atención a las siguientes técnicas, trucos y consejos que te ayudarán a memorizar mejor. Incluso te daremos algunos tips que puedes aplicar para entrenar tu memoria.

¿Cómo funciona la memoria?

Llevas toda la vida aplicando técnicas para desarrollar tu memoria y no lo sabías. Aunque no seas consciente de ello tienes una memoria estupenda. ¿No te lo crees? Piensa en esto: cada día realizas una infinidad de actos que has memorizado con el tiempo, aunque no seas consciente. Algo tan habitual como enchufar la tele, preparar café, mandar un mensaje o atarte los cordones de los zapatos son actos que tu cerebro ha almacenado, de forma que ahora los realizas de manera instintiva. Pues estos son procesos que has memorizado.

Podemos abordar el funcionamiento de la memoria dando datos científicos, hablando de proteínas y sus efectos en el cerebro o de estudios y paradigmas. No vamos a hacerlo porque creemos que es mejor que nos centremos en el proceso en sí de cómo funciona tu cerebro a la hora de memorizar datos, que es lo que realmente nos atañe, ¿no te parece?

Pero, ¿cómo funciona el proceso de memorización? Pues la memorización se realiza mediante un proceso de tres fases: la fase de codificación, de almacenamiento y de recuperación. Saber cómo funciona cada una de estas fases es indispensable para saber el cual es el funcionamiento de tu cerebro cuando tienes que memorizar algo.

Fase de codificación:

Empecemos poniendo un ejemplo: Te fuiste hace unos meses de viaje a París, y ahora que estás pensando en ello recuerdas a la perfección ese paseo que diste junto al Sena. Recuerdas el frío en la cara, recuerdas el olor del puesto de crepes e incluso eres capaz de recordar cómo te sentías en ese momento. Todo esta información se procesa durante la fase de codificación de la memoria.

En la fase de codificación de la memoria nuestro cerebro recoge toda la información que se le está dando y la procesa íntegramente, es decir, la codifica. Para hacerlo utiliza todos los recursos de los que dispone como sonidos, olores, sensaciones o imágenes. Todo eso que luego que va construyendo nuestros recuerdos se adquiere en esta fase.

Es en esta etapa de codificación donde entra en funcionamiento la llamada memoria semántica.

La memoria semántica es la parte del proceso de memorización en la que podemos ser capaces de recordar datos realizando asociaciones de conceptos, la que gestiona lo que podríamos llamar recuerdos inmediatos. Si te pregunto, por ejemplo, ¿cuáles son los colores de la bandera de Japón? Rápidamente contestarás blanco y rojo y lo harás de forma casi instintiva. Esta es la memoria semántica. Son recuerdos que creamos que tienen una larga duración en el tiempo y a los cuales podemos acceder de manera selectiva cada vez que lo necesitemos.

Fase de almacenamiento:

Durante esta fase todas las pequeñas piezas que conforman la información se guardan en distintas áreas del cerebro. Estas áreas están interconectadas entre sí mediante neuronas, las cuales construyen increíbles redes de conexiones que contribuyen a guardar la información que previamente se ha ido codificando. En este proceso se decidirá si lo que está pasando será un recuerdo a corto o a largo plazo.

La memoria a corto plazo podríamos decir que es la agenda de tu cerebro. Aquí se guardan a diario miles de datos que tu cerebro procesa y almacena temporalmente. Cada día se descartan la mayoría de éstos datos y otros de mayor relevancia pasan a formar parte de la memoria a largo plazo.

La memoria a largo plazo es la que permite conservar a lo largo de mucho tiempo recuerdos e información de todo tipo. ¿Nunca has oído que montar en bici no se olvida? ¿O que siempre recordarás tu primer beso? Ese tipo de recuerdos son los que se almacenan en nuestra memoria a largo plazo.

Fase de recuperación:

Esta fase es la encargada de recuperar los recuerdos o datos que buscamos en nuestra memoria, la que hace que volvamos a recordar algo que sucedió o que aprendimos en un momento dado. La fase de recuperación es la gimnasia de las neuronas, ya que cada vez que recordamos algo hacemos que las conexiones neuronales a las que está vinculado este recuerdo se fortalezcan, que es lo que sucede durante el estudio.

Cuando repasamos algo que ya hemos estudiado estamos recuperando información que previamente hemos memorizado. Y cada vez que repasemos y recordemos esta información fortalecemos su memorización y la capacidad de recuperar esta información cuando lo necesitemos, por ejemplo en un examen o en tu trabajo.

Ahora que ya sabemos cómo funciona la memoria será mucho más sencillo entender cómo trabaja la memoria con cada una de las técnicas de memorización que vamos a ver a continuación.

Las mejores técnicas de memorización

Mapas mentales, reglas mnemotécnicas, repasos espaciados…¿Cuál es la mejor técnica de memorización? No hay buenas o malas técnicas, pero es necesario que las conozcas y las pruebes porque a cada persona nos funcionará mejor una u otra, dependiendo de nuestras propias capacidades. Lo mejor es que sepas cómo funciona cada una de ellas para ponerlas en práctica y ver la que mejor se adapta a ti.

Las Técnicas Mnemotécnicas

Las técnicas mnemotécnicas son un efectivo método de memorización que consiste en la asociación de la información que tenemos que memorizar con una determinada canción, una frase o una imagen, etc. De esta forma podemos memorizar información más fácilmente. Este tipo de técnica de memorización funciona muy bien par recordar conceptos a largo plazo.

Seguramente cuando has leído lo de técnicas mnemotécnicas te ha sonado a chino, pero lo cierto es que llevas utilizando estas técnicas de memorización desde tu más tierna infancia. ¿Recuerdas aquellas cancioncillas con las tablas de multiplicar?

Pongamos un ejemplo: Imagina que tienes un examen de química orgánica y que debes recordar los elementos imprescindibles para la vida: Oxígeno, Nitrógeno, Carbono e Hidrógeno. Así, de entrada, comenzarás a recitarlos una y otra vez con la esperanza de que lo recuerdes, ¿no? Pero, ¿y si cambiamos el orden?

Carbono Hidrógeno Oxígeno Nitrógeno

Si recordamos la primera letra de cada elemento y formamos otra palabra nueva nos será infinitamente más sencillo recordar estos elementos. Cuando llegue esta pregunta en el examen puede que te olvides de los elementos, pero siempre recordarás CHON, por lo que al final, recordarlos será mucho más fácil.

Puedes utilizar desde acrónimos, como en el caso anterior, hasta recitar algo cantando, asociar conceptos con imágenes, etc. Sea como sea, lo importante para que sea más sencillo memorizar es que sean asociaciones absurdas, ya que de esta manera nuestro cerebro las recordará más fácilmente.

El Palacio de la Memoria

La técnica del Palacio de la Memoria o técnica de Loci es probablemente la más antigua de todas, ya que se viene utilizando desde la Grecia antigua. Esta técnica se fundamenta en la memorización de conceptos compartimentándolos y asociándolos con el espacio. Un poco abstracta esta explicación, ¿no? Vamos a explicar el funcionamiento de esta técnica de memorización de manera más sencilla.

Para crear tu palacio de la memoria tienes que recrearlo mentalmente, con sus habitaciones, sus pasillos, etc. Cada concepto que quieras memorizar debe de estar en su estancia del palacio, la cual deberás decorar mentalmente. Cuanto más estridente te resulte la decoración de las habitaciones será mejor, ya que eso te ayudará a recordar a posteriori. Una vez decorado debes colocar la información que necesites recordar en esa habitación.

Cuando todo esté ubicado en su sitio recorrerás mentalmente esa habitación una y otra vez, hasta que llegue el momento en que serás capaz de recordar absolutamente todo de lo que hay dentro. Si debes recordar múltiples conceptos puedes ir haciendo crecer tu palacio, dándole más y más habitaciones donde puedas alojar conceptos nuevos que estén asociados entre ellos. ¿Y si tienes que estudiar materias diferentes que no tienen nada que ver entre ellas? Sencillamente crea otro palacio. Puedes crear tantos palacios de la memoria como quieras, puedes hacerlos pequeños o enormes. Sea como sea, esta técnica, si se lleva a cabo de la manera correcta, es realmente buena. ¿Un pero? Simplemente que no es una técnica sencilla de entrada y que necesitarás un poco de entrenamiento para hacerla de manera correcta. Pero eso sí, una vez que le cojas el truco verás la alta efectividad que tiene cuando la pongas en funcionamiento.

La técnica de los repasos espaciados en el tiempo

Los repasos espaciados es otro de los métodos de memorización más efectivos. Este método se basa en que dejando un tiempo entre repasos aumentamos la capacidad de memorización de los conceptos que estudiamos.

Imagina que estudias algo de manera efectiva durante el día de hoy. Tras acabar de estudiar dejamos esta materia y no volvemos a tocarla hasta pasados unos días. Cuando volvamos a repasar la información seguro que nos vamos a dar cuenta de que hemos olvidado algunos conceptos, ¿verdad? Pues esta es la clave del éxito de este método, ya que se basa en hacer hincapié en el inevitable olvido. ¿Pero cómo puede una técnica de memorización basarse en el olvido, si es una antítesis de lo que buscamos? Sencillo.

Cuando vuelves a repasar lo que creías aprendido y te das cuenta de que no lo recuerdas, el cerebro se pone alerta y comienza a trabajar de forma intensiva para asimilar este concepto de nuevo. Pero esta vez ya es consciente de que puede olvidarse así que aumentará el esfuerzo necesario para su memorización, incrementando las conexiones neuronales para conseguir que este “olvido” se convierta en un recuerdo a largo plazo, de forma que muy difícilmente se volverá a olvidar de él.

Este método es totalmente compatible con otras técnicas de estudio, como la técnica de estudio Feynman , la técnica SQ4R , la utilización de Flash Cards , etc. Lo único que debes tener en cuenta es que siempre debes espaciar los repasos en el tiempo para poder conseguir que este método funcione correctamente.

La memorización mediante historias

Al igual que sucede con el método del Palacio de la Memoria, la memorización mediante historias se fundamenta en la creación de un relato inventado para conseguir transformar un dato en un recuerdo a largo plazo, y lo hace de una de las formas que más nos gusta a todas las personas: creando una narración.

A las personas, desde el principio de los tiempos, nos encanta que nos cuenten historias. Es difícil que recuerdes qué te dijo tu profesor en clase hace unos días, pero seguro que no se te olvida el cuento de Caperucita Roja, aunque la última vez que lo escuchases fuese hace 25 años. Esto no sucede porque no te importe lo que te dijo tu profesor. Se trata de la forma de procesar la información.

Cuando nos cuentan una historia nos ponemos alerta, escuchamos y empatizamos con lo que nos están transmitiendo. Sea lo que sea lo que nos hayan dicho si ha sido capaz de generar una emoción en nosotros, lo más probable es que más tarde lo recordemos sin problema. En cambio, si intentases recordar estos mismos datos simplemente leyéndolos seguramente tuvieses más problemas para memorizarlos. ¿Por qué? Pues porque cuando nos cuentan o leemos algo que nos genera alguna emoción, sea esta del tipo que sea, nuestro cerebro se pone alerta, por lo que está más predispuesto al aprendizaje.

Entonces, ¿cómo podemos poner en práctica este método? Como hemos dicho antes, creando tu propia historia. Lee la información que tengas que recordar y comienza a crear un relato que contenga los datos que necesitas memorizar. Crea personajes, situaciones y características que te hagan ponerte en el lugar del que vive la historia. No importa si está bien narrada o si es absurda. Lo único que importa es que te genere alguna emoción para que, llegado el momento, seas capaz de acceder a la información que contiene sin problema.

Los mapas mentales

Los mapas mentales son un tipo de método de estudio y memorización mediante el cual, partiendo de un concepto base, creamos una serie de ramificaciones con asociaciones de información para desarrollar más a fondo el concepto principal.

La forma de hacerlo partiría desde una idea o tema principal sobre la que iríamos creando ramas de información para completar la idea base. Una vez creadas las ramificaciones principales puedes ir añadiendo más información a cada una de ellas, de manera que se va creando una red de datos que complementan a la idea principal o tema. Mientras estás desarrollando el mapa irás memorizando conceptos y ubicaciones de manera que, al finalizar el mismo, tendrás una imagen muy clara en tu mente de dónde están ubicados cada uno de los datos que hayas plasmado en él.

¿Te gustaría saber más sobre los mapas mentales? En este vídeo te explicamos de una manera muy gráfica cómo funcionan:

Como ves, existen múltiples técnicas para memorizar y todas son realmente útiles y efectivas si las utilizas de la manera correcta. Además, puede que al principio te parezcan un poco pesadas, incluso ridículas, pero si las llevas a cabo de manera continuada, verás lo increíblemente eficaces que son para memorizar. Y es que al final, no importa si lo que necesitas es memorizar un temario para una oposición o la tabla periódica, con las técnicas correctas y un buen entrenamiento podrás alcanzar todo el potencial de tu memoria.

Cómo entrenar tu memoria

Sí, has leído bien. La memoria, como cualquier otro músculo del cuerpo, se puede entrenar. Así que vas a tener que entrenar tu memoria para exprimir todo su potencial. Ten en cuenta que la capacidad de memorizar de forma altamente eficiente no se adquiere de la noche a la mañana: como cualquier otro ejercicio necesita una buena técnica y una dosis de entrenamiento diario.

Al igual que ocurre con cualquier entrenamiento físico, debes comenzar de menos a más. Así que empieza memorizando cosas sencillas, sin demasiada complicación y sube, poco a poco y de manera progresiva, el nivel de dificultad de lo que debas memorizar. Solo que aquí, además de entrenar duro es indispensable que seamos abiertos de mente y que estemos dispuestos a jugar un poco con lo absurdo, ya que es una manera estupenda de memorizar ideas.

La visualización:

Como te hemos comentado anteriormente, nuestro cerebro es capaz de recordar fácilmente imágenes. No ocurre lo mismo con conceptos abstractos como los números, por ejemplo. Por eso debes comenzar el entrenamiento de tu cerebro intentando memorizar unos pocos datos sencillos, pero relacionando éstos con algo visual. Y para que lo memorices bien cuanto más raro o llamativo, mejor. Hazlo cada día con algunos conceptos sencillos y comprobarás su efectividad transcurridas unas semanas.

La animación:

Una vez que tengas dominada la visualización comenzaremos con el siguiente paso: la animación. Este entrenamiento se basa en hacer dinámicas las imágenes que memorizábamos en previamente. Cuando hacemos las imágenes dinámicas permitimos la relación entre distintas ideas, por lo que podemos ir creando una red de información que iremos asimilando como si de un juego se tratase.

Involucra todos los sentidos:

A veces recordamos algo del pasado por un olor, por un sabor o por un sonido. Cuando domines los dos ejercicios anteriores añade el resto de los sentidos a la ecuación. Visualiza la información, crea una historia animada que la complemente y añade sensaciones que te hagan sentir, que te transmitan emociones. Hazlo poco a poco, sin demasiados datos y ve añadiendo información hasta que consigas lo que estás buscando con estos ejercicios: recordar los datos, o sea, la historia que has montado en tu mente de cualquier manera, independientemente de que la recuerdes por su nombre, una imagen, un hecho o un sonido.

Pon en práctica estos ejercicios cada vez que puedas. Hazlo cada día, con unos pocos conceptos cada vez, para que, llegado el momento, sepas utilizar esta técnica a la perfección.

Al final, cuando realizamos estos ejercicios de lo que se trata es de ir ayudando a tu sistema neuronal a establecer el mayor número de conexiones posibles. No importa si te cuesta un día o un mes. Es cuestión de entrenamiento y poco a poco conseguirás recordar tantos datos. ¿Acaso crees que el nueve veces campeón del mundo de memorización, Ramón Campayo, lo consiguió de un día para otro y sin esfuerzo? No, esto es un proceso y necesita crear una rutina de entrenamiento diaria. Eso sí, cuando controles bien este proceso verás como serás capaz de memorizar sin problema todo tipo de datos sin importar para nada su dificultad.